domingo, 6 de junio de 2010

LA ASOCIACIÓN CELIA VIÑAS DIO UNA CHARLA

La Asociación Cultural Celia Viñas, entra en su recta final del curso con un ciclo de conferencias, durante todo el mes de junio, dedicadas a personajes importantes de la cultura almeriense.

Cada semana se producirá una charla, concretamente, los miércoles a las siete y media de la tarde en el hotel Torreluz tres estrellas de la Plaza Flores.

La semana pasada habló, con todo lujo de detalles, Mercedes Soler Daza sobre la vida y obra literaria de José Asenjo Sedano. Una persona, quizá, un poco ignorada por los medios de difusión cultural ya que, Asenjo, era poseedor de muchas y valiosas publicaciones y, entre ellas, tenía un premio Nadal.

EL INSTITUTO DE ESTUDIOS ALMERIENSES RINDE HOMENAJE

El IEA rinde homenaje a Asenjo Sedano con un libro de varios autores

El Instituto de Estudios Almerienses rindió el 25 de mayo un homenaje a José Asenjo Sedano, escritor nacido en Guadix, pero que pasó más de 30 años en Almería.

Antonio Enrique, escritor y ensayista dió una conferencia sobre la obra literaria de José Asenjo y se presentó el libro José Asenjo, homenaje. Memorias de un encuentro que incluye un perfil biográfico del autor y poemas de escritores españoles, con la intervención de algunos de los autores.

lunes, 26 de abril de 2010

RECORTE DE PRENSA. HIJO PREDILECTO DE GUADIX

Un emotivo homenaje al escritor accitano José Asenjo Sedano pone el broche final al Día del Libro

Publicado en Teleprensa.es




















GUADIX.- Un emotivo y merecido homenaje póstumo al escritor accitano José Asenjo Sedano cerró el sábado toda una semana de actividades diseñadas por el consistorio accitano para conmemorar el Día del Libro. En él se hizo entrega a la familia del escritor del título de Hijo Predilecto otorgado en pleno por unanimidad hace un año. “En la última conversación que mantuve con él me pidió que esperáramos un poco para celebrar el acto, porque le hacía mucha ilusión estar, pero al final su llamada no pudo llegar”, recordó la concejala de Cultura, Marina Sánchez.

Antes de iniciarse el acto, el alcalde de Guadix hizo entrega de forma privada del cuadro que certifica el otorgamiento del título de Hijo Predilecto a Carlos Asenjo Sedano, historiador y hermano del escritor homenajeado. “Cuando se le otorgó no se hacían estos cuadros con los que hemos conformado una galería expuesta al público y creíamos fundamental hacerlo hoy para que los títulos de los dos hermanos pudieran estar juntos en un mismo lugar expositivo”, le explicó el primer edil, Santiago Pérez López.

El homenaje en sí estuvo cargado de emotividad y recuerdos personales y literarios de uno de los escritores más prolijos y destacados de nuestra ciudad.Joaquín Valverde fue el encargado de hacer una emocionada semblanza de Pepe, como le llamaban sus amigos. Tras su intervención tomó la palabra la edil de Cultura, quién recordó la cercanía del homenajeado y la presencia de Guadix y sus recuerdos de infancia en su obra.

Seguidamente hubo un turno de intervenciones de los tres portavoces de los grupos con representación municipal (Manuel Ortiz, Patricio Lozano y José Antonio González Alcalá), quienes elogiaron la trayectoria y la obra de Asenjo Sedano. Tras la entrega del cuadro a la familia, tomó la palabra José Carlos Asenjo, hijo del escritor, para agradecer el homenaje y destacar el gran amor que su padre sentía por su pueblo.

Cerró el acto el alcalde de Guadix, quien destacó el afán de unir que tuvo siempre José Asenjo Sedano, su gran amor por su Guadix de la infancia, su gran número de obras y el gran legado que deja. Pérez López hizo una lectura de un texto en el que el autor rememoraba su casa del barrio de la Concepción, su querido barrio Latino, y concluyó dando a sus hijos la enhorabuena “porque habéis tenido la suerte de tener un padre maravilloso”.

Se daba por clausurada así una semana con numerosas actividades organizadas específicamente para conmemorar el Día del Libro y que tuvo, como otra de sus citas destacadas, la gran fiesta del libro que se celebró el viernes en el Teatro Mira de Amescua. Humor, lecturas, adivinanzas, música, dibujo y, sobre todo, los libros fueron protagonistas en esta gran fiesta en la que hubo además regalos y sorpresas diversas para el numeroso público que acudió al Teatro.

HIJO PREDILECTO

El sábado 24 de abril se nos entregó a la familia la Orla en la que quedaba documentado el nombramiento de Hijo Predilecto de la ciudad de Guadix por parte de su Ayuntamiento.
El acto tuvo lugar en el patio y fué sencillo y emotivo.
Toda la familia, hijos, hermanos, sobrinos y nietos agradecemos este reconocimiento por parte de sus paisanos y en especial a la corporación municipal. A él le hubiera emocionado mucho. Su corazón quedó en Guadix y ahora el corazón de su ciudad queda con él.

domingo, 21 de marzo de 2010

HA LLOVIDO EN LA ALDEA. 1950

Patria, Granada 5 de julio de 1950



HA LLOVIDO EN LA ALDEA

Hasta el cielo se eleva el polvillo calenturiento de las eras en el tibio remolino de la tarde. Se cimbrea el trigal y destrenza el oro de sus gavillas. Al valle bajan las nubes, se abrazan y un relámpago es el chispazo de este beso. ¡La tormenta!. Trincan las puertas en las casas; rechinan descampadas las bestias; gira y salta la carreta entre gritos de gañán, ladra el perro y, alzando su cabeza y estirando sus patas, aulla el lobo desde la rojiza colina de la sierra.
Cae el agua sobre las piedras achicharradas por el sol; hierve la tierra como si se apagase un gran incendio; la floresta mueve sus hojas y la lluvia cae rápida, ligera. Un trueno horrible. La aldea parece conmoverse y avalanzarse hacia el valle. Sus casitas tiemblan y su campana suena lángidamente lanzando sus pusilánimes ecos sobre la montaña. Cae un rayo y prende las ramas de un árbol. El pastor se santigua, salta sobre pesñascos con una ovejita la hombro.
Cerca de un viejo molino el agua borbotea en el caz, rompe la presa y se desborda en una ruidosa catarata sobre el barranco.
Una vela permanece encendida junto a un cuadro de la Virgen mientras las mujeres y chiquillos pasan devotamente el rosario. Los hombres, inquietos, fuman nuno y otro cigarro. Miran de cuando en cuando por un ventano y mueven disgustados la cabeza. La mies que quedó en la era el agua la arrastra en su camino y se la lleva para ser pasto de pájaros y hormigas. Y hay uno que grita: "¡Mi cosecha! ¡Todo se ha perdido!". Se pone roja su cara y golpea sin cesar la mesa en su neviosismo desenfrenado.
Pero la tierra está sedienta, asada, y se bebe el agua que sobre ella cae. Las huellas paralelas de los carros desaparecen mientras la tarde se va apagando en su callada tristeza. El sol brilla un momento al ocultarse y el arco iris dibuja sus colores espectrales entre los diseminados nubarrones.
La lluvia cae sin rumor. Los relámpagos se ven más lejanos y el trueno llega en el eco opaco de los barracones. Las nubes se pierden y en el cielo aparece la claridad del cielo andalúz. Cesa la lluvia y las puertas se abre. Por la aldea parece que pasó la guerra o la muerte. Encharcada, llena de pedrisco. Algunas carretas volcadas a la vera del camino, otras abandonadas; la acequias rotas; las gentes alocadas. Unos arrojan de su casa el agua internada, otros recojen los objetos perdidos:"¿Y tu hijo?", pregunta uno. Lo dejó cuando empezó la tormenta. Salió corriendo, pero, después, ya no volvió a verlo. ¿Se escondería en otro sitio o la riada no le dejaría?. Pregunta a unos y a otros. "Yo no le ví". "¡Cualquiera sabe!", contesta otro. Un rictus de dolor se grava en el rostro de la madre. Sus ojos de mueven inquietos, sus manos tiemblan. Corre, sube, trepa sobre el monte y desde allí grita una y cien veces. "¡Mi hijo!".
La noche va cayendo sigilosamente en un juego de estrellas. Un silencio extraño cubre la húmeda soledad de la aldea. A través de cualquier ventana se ve el bailoteo de una candela. Oscilan las sombras en las pareces. Llora asustado un niño...
Pero ya todo pasó. Sólo se escucha en la hondonada el estruendo espumoso de la cascada. La monótona caida del agua en la fuente.
Asoma la luna -una luna grande con cara tristona- se eleva, se cubre coqueta con el encaje de una nube y, al asomarse sobre un picacho, semeja una andaluza tocada de mantilla. Quiere interrogar al valle y, éste, parece decirle:
-Ha llovido en la aldea.