domingo, 21 de septiembre de 2008

LA LÁGRIMA DE UNA CARMELITA MUERTA

Existen sucesos bellísimos de la vida de Teresa de Lisieux, como aquel en que, en la noche, cuando el monasterio dormía, salió de su celda y se fue al coro donde yacía muerta una carmelita anciana, su santa amiga, a la que robó una lágrima de su mejilla. Yo le he dedicado este breve poema:

TERESA

La rosa es blanca
y el alba rosa.
Repica la campana
del monasterio.
Murió la santa
y aroma el aire.
Tiene una lágrima
en la mejilla.
Noche callada.
En el silencio,
viene Teresa
y se la guarda...

José ASENJO SEDANO, 2005

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