Lo veía corriendo las calles de Almería con su sonrisa de lego bueno, anciano, pero casi un niño. Pertenecía a la Orden de Santo Domingo, a la iglesia de la Virgen del Mar. Se fue al cielo, no cabe duda. Yo lo vi muerto y no estaba muerto, estaba dormido. Le escribí estos versos:
A UN LEGO MUERTO
He visto tus manos
como rosas
entrelazadas.
Dos manos blancas
de pura nieve.
¿Qué historias guardan
esas manos
sobre la sábana
donde la luna
clara amanece?
Duermen tus manos
un dulce sueño.
Vendrá la luz
y volarán...
¡Ya vuelan
sobre las aguas!
Dios las espera...
SI YO ME MUERO
Si yome muero,
¿adónde iré?
Iré a tu encuentro
Señor, lo sé.
Pasaré las nubes,
subiré a tu pecho
y beberé
el agua limpia
de tu costado.
Si yo me muero,
¿adónde iré?
Iré a tu encuentro,
Señor, lo sé...
VOLAR
Volaré
hasta alcanzar
el blanco sol.
Ser la saeta
del cazador
que rauda sube
por el espacio...
¡Llegar a Dios,
dar en el blanco!
José ASENJO SEDANO/2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario