En 2001, "La colección de Temas Accitanos", publicó mi libro EL MIRADOR DE SAN FANDILA, comentarios periodísticos (1964-1967), que tuvo cierto éxito entre mis lectores. Ignoro si el libro se enuentra agotado o todavía quedan ejemplares en las librerias de Granada o Guadix. En el Mirador detengo mi mirada sobre diversos paisajes de la geografía andaluza por mi conocidos, el mar en sus dos orillas (Guadix, Granada, Almería, Cádiz) y mis recuerdos marineros y literarios. Pienso publicar en este blog alguno de esos comentarios.
Ahora, en pleno mes de noviembre, mes de fríos y de nieves, de cielos luminosos y nubes de paso, evoco el otoño de Guadix desde este Mirador, el sol vespertino ya en su ocaso y los álamos del río como lanzas velazqueñas encendidas. Ese lienzo de mi niñez con la torre de la catedral en su centro señalando su hora más callada. ¡Cuantas memorias de amigos, silencios, pisadas, nostalgias...Mi casa de la Concepción, la soledad de la Plaza, el lloro de un niño, el ladrido de un perro, la tos del transeunte, el rezo del rosario de mi madre en su silla, siempre en sus manos! ¡Ha pasado tanto tiempo!
Era cuando yo leía los cuentos de Alarcón, la Pródiga, El Niño de la Bola, El Capitán Veneno... Mis primeras lecturas al calor del brasero, los gatos entre las piernas...Y el repentino repique de la catedral anuciando la muerte de un canónigo...
El Mirador de San Fandila estaba extramuros, al otro lado de mi iglesia de san Miguel, una cueva capilla, ¿un anacoreta mozárabe?, ¿un martir? San Fandila murió en Córdoba en tiempo de moros. Yo tomé este cerro de sus contemplaciones celestiales como título de ese libro y así sigue... Es un lugar emblemático de Guadix.
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